La tarde del sábado se celebró el acto central de la 33 edición de la Fiesta del Partido Comunista de España (PCE). En un parque mucho más animado que la tarde anterior, el Dolores Ibárruri de San Fernando de Henares, José Luis Centella, secretario general del PCE; Cayo Lara, coordinador general de IU; e Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, secretarios generales de CC.OO y UGT, respectivamente, detallaron a un público entregado por qué es necesario secundar la huelga de la próxima semana.
Entre gritos de «¡Huelga, huelga!», «¡Zapatero dimisión!», «¡Cayo Lara, presidente!» , amenizados con fragmentos de la Internacional, los ponentes subieron a las tablas del escenario central. Componían el público los centenares de simpatizantes y militantes comunistas, procedentes de distintos puntos de España. Marga Ferré, miebro del Comité Ejecutivo del PCE, moderó un acto que comenzó con la intervención del secretario general del partido, José Luis Centella, quien utilizó unas palabras del presidente de la República Oriental de Uruguay, José Mújica («Qué sería del mundo sin militantes, qué sería de la condición humana sin militantes»), para iniciar un discurso cargado de intención, como enseguida manifestó: «Esta es la fiesta de la huelga general».
La afirmación no dejaba lugar a dudas y así lo fueron recordando cada uno de los ponentes. Cayo Lara atacó al presidente del Gobierno, y dijo que «Zapatero está poniendo de rodillas ante los mercados a la democracia, al país y a los ciudadanos». El líder sindical Cándido Méndez habló de la huelga como «un envite democrático del conjunto de la sociedad» y, su homólogo en UGT, Fernández Toxo, definió la huelga general como «una huelga contra la resignación y la impotencia».
También fueron importantes las menciones al sindicalista Marcelino Camacho. Centella se mostró a favor de hacer la huelga «un homenaje a Marcelino Camacho», y Cayo Lara afirmó con rotundidad que «Marcelino se ha rehecho porque tiene que ver la huelga del 29-S».
Los ponentes hablaron de los problemas de España, entre los que destacaron la política de recortes «a los débiles y no a los poderosos»; el bajo salario de los españoles; el fraude fiscal… Las críticas a Zapatero se sucedieron: «Zapatero tiene el síndrome de Estocolmo de la banca», lanzó Centella, mientras Méndez culpaba al Gobierno de las políticas de austeridad que «esconden sacrificios para los ciudadanos».
Ignacio Fernández Toxo clausuró una ronda de intervenciones que duró algo más de hora y media. Contundente, dijo que «la crisis financiera y la ruptura del modelo económico forman una tormenta perfecta». Y despidió el acto con un llamamiento a todos los españoles a favor de la huela del 29-S: «Os esperamos en los piquetes de la noche del 28».