Presentado por
Al cante
Al toque
Al comenzar sus estudios de Traducción en Granada, entabla contacto con maestros como Curro Albayzín, Curro Andrés, Paco Moyano, José Carlos Zárate y Francisco Manuel Díaz. Poco a poco se va abriendo camino en el mundo del flamenco granadino logrando sus primeros premios en los concursos de Illora y Granada.
Se enrola en la compañía Zárate, junto a los que comienza a subirse a los escenarios. Mientras se va introduciendo en la Peña La Platería, comienza a colaborar en prensa e inicia investigaciones sobre los cantes de Granada y los perfiles biográficos de Cobitos y Manuel Avila.
Sus giras le han llevado por países como Alemania, Polonia, Irán, Dinamarca, República Checa, Japón, Portugal o Austria, compartiendo cartel con figuras como Fosforito, Juanito Valderrama, Chano Lobato, Luis el Zambo, Miguel Poveda, Marina Heredia o Rancapinos.
En el Festival de las Minas de La Unión obtiene hasta siete primeros premios, alzándose en 2007 con el máximo galardón ‘LÁMPARA MINERA’.
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Pastor de cabras desde la infancia, El Cabrero sigue ejerciendo ese oficio, que se niega a abandonar, pese a ser, desde 1980, la figura del Cante Jondo más solicitada por los organizadores de festivales y uno de los artitas flamencos de mayor proyección internacional.
Ha grabado 17 discos de Flamenco y dos de Tango Porteño, acogidos con gran admiración y respeto por los aficionados a la música rioplatense. Su último disco Por los caminos del viento, es un claro ejemplo de este acercamiento desde el flamenco al tango argentino.
Se convierte muy pronto en una referencia de la lucha anti franquista. Algunos de sus primeros discos, como fueron «Cantando a la libertad», «Cantes del pueblo para el pueblo» y «Alianza del Pueblo Nuevo», se encargaron de darlo a conocer en todo el país y pronto empezaron las prohibiciones, siendo el cantaor de flamenco más prohibido de la historia del género andaluz.
Llegó a pisar muchas de las comisarias de nuestro país y hasta le llegaron a retirar el pasaporte para que no pudiera irse de su tierra, evitando de esta manera que acabara convirtiéndose en un poeta más exiliado de la España franquista. Pero nunca abandonó su país: se quedó y luchó.
En noviembre de 1974 el Palau de la Música de Barcelona se llenaba al completo para escuchar al Cantautor andaluz, quien obtenía uno de los mayores éxitos hasta el momento de su carretra artística. Durante una década fue un artista de una gran popularidad que llenaba los institutos, colegios mayores y campos de fútbol. Era el Raimon andaluz, un cantaor de militancia comunista que vendía miles de discos y libros, y que era capaz de arrastrar tras de sí y por igual al pueblo llano y sencillo y a la intelectualidad de la época, sobre todo a la que le había plantado cara al franquismo.
Manuel Gerena siguió llenando auditorios en Francia e Italia pero se suspendían sus conciertos prácticamente en toda España, incluso se llegaron a prohibir muchos en Barcelona, y en 1976 fue retenido su nuevo disco «Ábreme las puertas pueblo».
Se convertía así en el Cantautor prohibido de la época y su imagen se vendía en pósters en la madrileña Gran Vía, junto a la de Ché Guevara y Miguel Herández.