Homenaje a Miguel Hernández en la Fiesta del PCE 2010 – Miguel Hernández vivió y murió comunista


Si no hubiera sido por la convocatoria de la Huelga General en vísperas de la Fiesta, ésta, la de 2010, hubiera sido la Fiesta de Miguel Hernández, el preciado poeta comunista, que este año todos conmemoran como poeta y como preciado. Sólo el PCE recuerda que Miguel fue militante comunista y que eso le costó la pena de muerte… Le quisieron comprar si renunciaba a sus principios marxistas pero él nunca se vendió. «No se doblegó ni ante la muerte y por eso para nosotros sigue siendo una referencia ética» defendió Julia Hidalgo, conductora del acto de homenaje del PCE en el centenario de su nacimiento.

El Partido se enorgullece de ese ejemplo de integridad, como lo hizo Ana Moreno, de la Comisión de Cultura del PCE: «Miguel Hernández hizo de la palabra un elemento revolucionario para sacudir la conciencia. Ahora que tenemos una represión brutal del Mercado es cuando menos se habla de la lucha de clases. Por eso necesitamos de nuevo la palabra de Miguel para continuar la lucha por la justicia, la libertad, la resistencia y la solidaridad».

En el homenaje se presentaron dos libros, además del especial de Nuestra Bandera -con la cubierta ilustrada con un dibujo cedido por Genovés- y del que ya hablamos el último número de MO. Pedro Marset reivindicó la necesidad de reconquistar la conciencia de clase y confesó que éste era uno de los momentos más trascendentes en sus 25 años como director de NB, la revista de debate político del PCE. Agradeció el trabajo realizado por Marga Sanz para hacer este especial, Cien años con Miguel Hernándezy avanzó que la publicación se presentará en toda España.

Para Miguel. Centenario del poeta Miguel Hernández 1910-2010 -también reseñado en el numero de septiembre de MO-, publicado por Atrapasueños, recoge es una selección de poemas, ilustrados por Vázquez de Sola. El segundo libro, La voz de la herida, «nace con el propósito de salvar a Miguel Hernández de una segunda muerte», como explicó David Becerra, crítico literario, colaborador de Mundo Obrero y coautor con Antonio J. Fernández Antón. «Miguel Hernández murió de tuberculosis y de comunismo, tras pasar tres años en las cárceles franquistas, y ahora le han hecho regresar despolitizado y sin ideología».

El profesor y crítico Matías Escalera compartió también su temor de que este centenario, como todos, se convierta en una segunda y definitiva muerte del homenajeado. Marga Sanz, coordinadora de Esquerra Unida del País Valencià, denunció ese intento oficial de silenciar su compromiso político, encerrándolo en la literatura pura, desnaturalizando su obra. «Miguel Hernández unió la pluma y el fusil. Creyó en el poder transformador de la palabra y supo expresar la resistencia vital al fascismo» Añadió que silencian que Miguel fue comunista y murió comunista, pero no se puede entender su biografía sin esa entrega a la República. «Miguel puso su actividad literaria al servicio de la liberación de su pueblo y por eso es peligroso para el sistema».

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La actriz Enma Cohen ahondó en este aspecto recordando que Viento del Pueblo y El hombre que acecha son dos libros que no le han perdonado. Y, también, que utilizaron El marido soldado para condenarle a muerte, y que intentaron que se retractara, que renegara, que firmara unos poemas religiosos, pero no lo hizo, «para que sea el poeta del pueblo no hay abrirle el puño al niño. Se escribió así y así hay que dejarle».

Era el gran homenaje de la Fiesta y el auditorio rebosaba. Miguel escribió «Que mi voz suba a los montes/ y baje a la tierra y truene…» y Paco Algora lo cumplió al pié de la letra. Le prestó su desgarradora voz para interpretar ¡En mi Barraquica!, se metió en la piel de los versos, los desgranó uno a uno y hasta los árboles del Parque de la Pasionaria congelaron su susurro para escucharle. «Han pasado muchos años -concluyó Algora- y esto, desgraciadamente, sigue siendo el pan nuestro de cada día». Hubo más poemas de Miguel y de otros escritores que le rindieron homenaje: Marcos Ana, Fanny Rubio (que también recordó a María Zambrano y a Cernuda), Marta Sanz…

Marcos Ana recordó el homenaje que le hicieron a Miguel en la cárcel de Burgos, cuando los presos políticos representaron Sino sangriento, una obra de tres actos, un libro cada acto. «Nunca se le ha hecho a Miguel Hernández un homenaje con más riesgo, más pasión y tanto corazón» Y añadió «Para nosotros sigue siendo una referencia de dignidad, especialmente para los presos políticos. Los que quisieron matarle le multiplicaron».

Marcos Ana también habló de la sentencia de Miguel Hernández: «Los esfuerzos por anularla no pueden ser a base de concesiones, renunciando a lo que Miguel fue, renunciando a su ideología y a su militancia comunista». No fue el único. También Marga Sanz pidió la anulación la revisión total del juicio y de la sentencia impuesta, la 21.001. Que su inocencia sea pública y jurídicamente reconocida. Y que ésta sea la puerta que abra el camino al reconocimiento de tantos que dieron su vida por la República y la democracia».

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Armando López Salina también denunció «los rasgos indecentes» de la Ley de la memoria histórica. No se detuvo a hablar de la poesía del poeta del pueblo, de la que hablaron todos los demás. Salinas habló de la República y de lo que significó porque «República y Socialismo formaban parte de los sueños de Miguel Hernández». Añadió «Y también de los míos». Concluyó resaltando que «en este Homenaje a Miguel Hernández escribimos nuestra historia».

Vinieron a homenajearle hasta de Cuba. Lo hizo el escritor y diputado cubano Omar Felipe Mauri, «Miguel es también nuestro. Aparece en nuestros planes de estudio. Con sólo 32 años se hizo símbolo de una isla que tampoco se doblega. Gracias por darnos a Miguel Hernández» y recordó la amistad que éste tuvo con Pablo de la Torriente Brau, periodista cubano, que luchó en el Quinto Regimiento en defensa de la II República y murió en combate.

También intervinieron Felipe Alcaraz y Alicia Martínez, entre otros. En el público, en primera línea, Domingo Malagón, Juan Genovés, Teodulfo Lagunero, la nieta de Miguel Hernández…. No quedó silla libre.

Manuel Gerena quien se proclamó alumno de Miguel le brindó su cante. Igual que lo hizo Manuel Pinilla, ganador del Festival de las Minas de la Unión, quién quiso matizar un detalle de su presentación, «me han presentado como un joven cantaor de izquierdas» y desempolvando el aire y frunciendo el ceño, precisó «pero hoy ya se sabe de que eso de ser de Izquierda está muy desvirtuado, así que yo quiero aclarar que yo soy un cantaor comunista». Susana Oviedo interpretó, entre otras, Canción Última.

Centella cerró las intervenciones tendiendo un puente entre el pasado y el futuro, entre la vida y la muerte de Miguel Hernández y la lucha de clases que continúa y que se iba a manifestar en la Huelga General. «Aquí no termina ningún homenaje a Miguel Hernández. Nuestro homenaje está en el día a día, en la defensa del ideal de la República. No estamos aquí sólo para hacer justicia con la memoria de Miguel. Estamos para hacer público nuestro compromiso de que no nos van a parar, no nos van a vencer». Sus palabras fueron para la lucha, pero también para la justicia «No pararemos hasta anular la sentencia que usaba como arma acusatoria unos versos. Sus palabras tienen mucha fuerza. Le mataron porque era capaz de identificar con su pluma lo que muchos sentíamos. Por eso salgamos a la calle orgullosos de ser comunistas, de ser camaradas de Miguel Hernández. Nuestro compromiso sigue mañana, el 29-S y después.

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Las voces de la cultura unidas en homenaje a Miguel Hernández, respaldadas por la bandera comunista y la republicana, en el Parque Dolores Ibárruri, con el puño en alto marcando el paso de la Internacional. Nosotros sí te recordamos, íntegro, como lo que eras, un gran poeta y un gran comunista.

LUCÍA IZQUIERDO: «Es un inmenso honor recoger este carné y lo vamos a cuidar como un tesoro»

José Luis Centella concluyó el acto con la entrega del carne del PCE del 2010 a Miguel Hernández, «porque estoy seguro de que Miguel Hernández lo habría renovado». Se lo dío a Lucía Izquierdo, la nuera del poeta, que lo recibió con sincera emoción: «Es un inmenso honor recoger este carné y lo vamos a cuidar como un tesoro. Estamos muy orgullosos de que Miguel Hernández perteneciera al PCE». También se comprometió a seguir luchando por la anulación del juicio y la sentencia «No quiero decir que no tenga preocupación, pero no vamos a parar. Si aquí no se le escucha iremos al extranjero, donde no haya manipulaciones.» Y reforzó su agradecimiento con el Partido. «No tengáis miedo. Miguel Hernández tiene a su familia. No le van a matar de nuevo. Con el apoyo de personas como vosotros vamos a poder».