La esperanza latinoamericana, un contrajemplo al capitalismo


No podía faltar en la fiesta del PCE un coloquio sobre América Latina y su movimiento de Socialismo del Siglo XXI, porque en estos tiempos de crisis del capitalismo, ellos nos están dando la solución. Maite Mola, responsable de la secretaría de Relaciones Internacionales del PCE y el PIE (Partido de la Izquierda Europea), explicó por qué Cuba es fundamental para la desgastada izquierda europea: es el ejemplo de lo que hay que hacer, un país que avanza en la igualdad de los seres humanos y en todos los indicadores que la ONU describe como parámetros fundamentales. Sin Cuba no se podría entender la América Latina de hoy. Es necesario retransmitir lo que está pasando allí porque los medios de comunicación están el servicio de intereses privados y no van a contar lo que en todos esos países ocurre: la esperanza de un socialismo como solución.

Willy Meyer, eurodiputado GUE-NGL, habló sobre la política que se viene trasladando desde Washington a Europa que pide absoluta libertad para las empresas y que promueve que los Estados soberanos no puedan intervenir. Cuenta que la Unión Europea nació como proceso de integración para la cohesión de los países europeos con el fin de que todos ellos avanzaran con los mismos servicios y mismos derechos. El ALBA, la unión de los países latinoamericanos y caribeños, por su parte surge de un proceso diferente que parte de primero poner todos los recursos nacionales al servicio del pueblo. Lo mínimo que cabría esperar es que se respetase ese proceso emprendido por los pueblos latinoamericanos. Sin embargo lo que ha hecho la UE ha sido intervenir con el objeto de romperlo desde una postura de injerencia inadmisible, buscando el beneficio y desembarco de las transnacionales, frenando la realidad de unos pueblos que no quieren políticas neoliberales.

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Obey Ament, de la red europea Transform! y del Partido Comunista Francés, señaló que la crisis es una cuestión de gran profundidad pues incluye una componente social (jubilaciones, protección social, salud, educación…) y otra económica. En América Latina aplican políticas que el capitalismo había dicho que eran imposibles de llevar a cabo y, lo más importante, se están haciendo desde un concepto de democracia renovada y participativa, que apoya las reformas de unos pueblos que comienzan a organizarse por sí mismos, recuperando los recursos nacionales y terminando con el pillaje de su explotación privada. Últimamente se escucha hablar de un retorno de la derecha a los países latinoamericanos, Ament piensa que no es posible: sólo los gobiernos llamados de izquierdas que no han practicado verdaderas política de izquierda han sido sustituidos por la derecha, ya que no supieron dar respuestas a las necesidades de sus pueblos, ni producir mejoras durante sus mandatos. No habrá marcha atrás. En Europa, las gentes progresistas, deberíamos sumarnos a esta nueva correlación de fuerzas, porque tenemos que luchar todos juntos en la conquista de nuevos derechos y no permitir que se retroceda con los alcanzados.

Isaías Rodríguez, embajador de Venezuela, comenzó su intervención con un saludo del presidente Hugo Chávez para los presentes y expresando la idea de que sin Cuba no hubiera sido posible la democracia venezolana. Habló largo y tendido de los procesos electorales de su país, que suman ya doce en estos últimos diez años. A la revolución bolivariana de Venezuela se la conoce con el nombre de Pacífica porque está asentada sobre las urnas, con una democracia directa en la que participa el pueblo en cada una de las decisiones esenciales del país. Es el pueblo quien lidera y toma las decisiones. Los medios hablan de que el presidente Chávez lo controla todo y no es así, explica que cuando se perdió el referendum consultivo del 2007, se aceptó el resultado y no se emprendió la reforma constitucional propuesta.

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Con las elecciones consultivas del 2009 se aprobó el artículo que permite elegir al mismo presidente todas las veces que se quiera. El embajador indicó que Chávez lo ganó con un 54,86% y no lo hizo porque él fuera indispensable en el gobierno de Venezuela, sino porque el pueblo lo quiso. Cuando el pueblo prueba a un dirigente coherente no va dejarlo de lado, ya ha conocido a demasiados otros que han resultado traidores.

El próximo proceso electoral que vivirán será para elegir el poder legislativo. La Constitución fija que es necesario tener las ¾ partes del parlamento a favor para sacar adelante una ley o una decisión fundamental, es necesario bastante más que una mayoría. Todas las encuestas, hasta las de la oposición les dan como vencedores, pero necesitan hacerlo de una forma aplastante si quieren seguir construyendo un estado socialista y no uno que trabaje para la oligarquía. Es el momento de tener el gobierno y el poder.

Omar Mauri, diputado de la Asambla Nacional Cuba, charló sobre el papel que tiene la cultura en el proceso de construcción de una sociedad que ha emprendido un camino revolucionario. No le gusta la industria de los medios de comunicación, pues se ceban particularmente con Cuba, donde parecen haber inventado otro idioma para que las palabras ya no signifiquen lo mismo, como si ahora esas misma voces tuvieran que servir para decir lo contrario. Cuando en Cuba están transformando y dinamizando la economía, los medios hablan de que están conociendo el capitalismo. Dicen que están alunizando en la propiedad privada como si no hubieran emprendido una reforma agraria que expropió y cooperativizó la tierra, o no hubieran acercado los medios de producción a los trabajadores. Se llama disidentes a quienes reciben un salario de EE.UU. Se callan que tienen un índice de mortalidad más bajo que en USA, que la sanidad, la educación y la cultura son gratuitas para todos los cubanos. Es necesario estar alerta ante toda esta manipulación mediática.

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Por su parte José Manuel Esquivel, representante de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, vino a hablar del caso de los cinco presos cubanos que llevan doce años encerrados en las prisiones estadounidenses. Lo describió como un asunto político y una venganza hacia el gobierno cubano tratando de condenar una revolución de un pueblo que no se postra de rodillas. Doce años y allí siguen los cinco, inamovibles, porque son el fruto de los capitales humanos que forja el socialismo, con conciencia política. Con este caso se muestra a las claras la injerencia del sistema ejecutivo sobre el judicial. El presidente de los EE.UU. puede ponerles en libertad, pero para que lo haga es necesario seguir realizando campañas y mantener la presión. Hay que hacerlos volver a Cuba, porque si no ponemos remedio esto mismo puede ocurrirle mañana a cualquier país y a cualquier persona.