Si Miguel Hernández viviera aún, si no hubiera muerto como un perro en las cárceles franquistas, enfermo de tuberculosis aquella noche del 28 de marzo de 1942, con 31 años, tal vez habría acudido a la huelga general del 29-S. Eso argumenta el PCE.
El obrero de la poesía, el pastor que «unió la pluma con el fusil» habría continuado con su «poesía combativa y esencial». Su corazón y su palabra serían aún comunistas. Militante y miliciano. Eso argumenta el PCE.
Por eso, por su genoma comunista, el poeta recibió este sábado un homenaje de los suyos. Del Partido Comunista de España (PCE), que ha bañado su 33ª fiesta -empezó el viernes y acaba hoy domingo, con más de 8.000 asistentes, según la organización- de Miguel Hernández y de huelga. La suma de ambos impregnaba el parque Dolores Ibarruri de San Fernando de Henares (Madrid), un municipio gobernado históricamente por el partido e IU desde las primeras elecciones, las de 1979. READ MORE