El acto, organizado por la Secretaría de Mujer del PCE, ha tenido lugar el viernes por la tarde. El objetivo del mismo ha sido el de dar voz a aquellas mujeres y colectivos de mujeres más invisibles, que sufren la crisis y las últimas reformas del gobierno del PSOE con especial virulencia. Han participado Silvina Montero, en representación de las trabajadoras del servicio doméstico SEDOAC, Aída G., presidenta de CONADE, asociación de inmigrantes afectados por las hipotecas, Clara Alonso, de la UJCE, como joven precaria y Rosana Montalbán, camarada del PCPV y miembro de Comisiones Obreras del País Valencià.
Cristina Simó, responsable de la Secretaría de Mujer del PCE, abrió el acto explicando que era un objetivo fundamental para la Secretaría el «trabajar con aquellas mujeres más invisibles, dándoles voz en espacios como el de la Fiesta del PCE».
La primera intervención fue la de Silvina Montero, que comenzó recordando que la lucha de las trabajadoras del servicio doméstico «es una lucha que se desarrolla desde hace más de 25 años». Montero explicó que la reivindicación principal de este colectivo es que la regulación del trabajo en el servicio doméstico pase del Régimen especial de Empleadas del Hogar al Régimen General de la Seguridad Social, ya que la regulación del empleo del hogar sigue «condenando a las trabajadoras a condiciones de esclavitud absoluta». Asimismo, Montero informó de que «el gobierno del PSOE se comprometió a llevar a cabo esta política, y no ha cumplido su promesa».
A continuación tomó la palabra la presidenta de CONADE, Aída G., que centró su intervención en la situación de las personas migrantes que han perdido su vivienda a causa del impago de las hipotecas. Explicó que esta situación afecta a miles de trabajadores y trabajadoras. Destacó que para su asociación es fundamental la «construcción de un parque público de vivienda, que garantice tanto a los migrantes hipotecados como a todas la personas el derecho a una vivienda y una vida digna», así como «la paralización inmediata de todos los juicios de desahucio».
La siguiente en el turno de debate fue Clara Alonso, que, en su condición de joven precaria, explicó como viven las mujeres jóvenes la crisis y la situación económica. Comenzó su intervención recuperando algunos datos, como los del desempleo femenino, que se sitúan en torno al 20%, o los de contratos a tiempo parcial, «que en un 80% son soportados por mujeres». Alonso explicó que forma parte de «ese colectivo que vive casi de milagro, que no sabe que le depara el futuro en un presente donde solo quedan migajas del Estado de Bienestar». Por otro lado, propuso que tanto el partido como el sindicato reflexionen sobre como incorporar las demandas y realidades de estos grupos de mujeres, «porque sin ellas no hay alternativa social a la crisis posible».
Por último, tomó la palabra Rosana Montalbán, que explicó, a partir de su experiencia vivida como sindicalista, «cómo poner en funcionamiento los mecanismos que el feminismo ha generado para el empoderamiento de las mujeres en las organizaciones sindicales y políticas». Para Montalbán es fundamental la sororidad, «que no es otra cosa que la solidaridad entre mujeres», así como la transversalidad de género en los objetivos políticos.